No importan los problemas de sonido, menos aún que en el fondo haya gente trajeada más ocupada en hacer sociales que en el propio show, Bernard Fowler despliega toda su potencia durante poco más de 45 minutos y el halo de los Rolling Stones se presenta. Es que el “Quinto stone” comienza a cantar y se improvisa una pista de baile; el aleteo de la danza rolinga aparece, aunque cargada con elementos chic. Es que es martes y estamos en Palermo Soho...
Leer nota
No hay comentarios:
Publicar un comentario