
Los familiares quieren una tumba en la que llorar a sus muertos o llevarles una flor en su memoria. A más de 35 años del final de la dictadura de Francisco Franco, España sigue desenterrando a los fusilados. Unas dos mil fosas comunes están diseminadas por el territorio ibérico y la mayoría de ellas siguen cerradas. Nota completa aquí.
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