A mediados de los 80, Gillespi y Willy Crook transitaban sótanos infectos mientras soplaban sus instrumentos, respectivamente, para Sumo y los Redondos. "Tenemos la misma edad y en ese momento éramos pendex en un mundo de gente un poco mayor. Como nuestros instrumentos son afines (trompeta y saxo suelen ser la pareja típica de los vientos), pegamos onda. Y, desde ese momento, hemos participado en los proyectos del otro. ¡Hace más de 20 años que somos amigos!", anuncia Gillespi. Dos décadas después de ese encuentro inicial, y transformados en paladines del jazz y el funk, comparten un show por primera vez en su carrera. El 8 y 9 de este mes, se suben al escenario del coqueto Teatro de la Cova (Av. del Libertador 13.900, Martínez) para recrear clásicos de la música negra y el material de sus discos como solistas. Leer nota
No hay comentarios:
Publicar un comentario