¿Está la columna esa que decía que había que mirar al final de todo?”, pregunta un periodista de Crítica de la Argentina. Entonces alguien hojea el libro y encuentra en la página 253 la frase “Al final de la columna” repetida en cuatro páginas. Y al final de la columna aparece el resultado del intríngulis: “No hay nada”, dice y todos se miraron desconcertados. Cuando se publicó la contratapa en este diario, la redacción se dividió entre quienes pensaron que estábamos en presencia de un genio y quienes pensaron que Peña se había quedado sin temas. Él estaba contento con esa contratapa. Estaba convencido de que era una genialidad. Leer nota
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