Al abrir una fruta al medio se descubren muchas cosas. Sabremos de su estado de madurez y de la madera del árbol que le dio vida, al saborear la textura y la fibra de su pulpa. Iremos hasta su corazón al probar la acidez o la dulzura de su néctar. Dejaremos ir a la semilla, que no es otra cosa que un nuevo fruto en potencia de avanzar en su destino. Así como se parte al medio una fruta, es como Andrés Ciro se abre en las canciones de Naranja Persa, el tercer disco de estudio del ex Piojos junto Los Persas, sucesor de Espejos y 27. En este caso se trata de media naranja, porque el disco que sale a la calle hoy es el Lado A de un envío que tendrá su Lado B en 2017. Como los viejos longplays, pero en dos tandas.
En las nueve canciones que forman parte de este envío -Ciro es el productor artístico con la asistencia de Juanchi Baleirón-, se descubren a través de ritmos variados que van de la emoción de la canción nostálgica al vértigo del funk atrevido, cuestiones simples y cotidianas, aunque no por eso menos profundas, que tienen que ver con la vida de un hombre de a pie viendo acercarse el horizonte de los 50 años. Una hija que se va de la casa, la historia ardiente de un amor prohibido o el fuego cruzado de una separación, se entreveran con la angustia existencial que provoca siempre un mundo que colapsa. Vayamos gajo por gajo. Leer aqui
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