Hace 37 años, el 16 de noviembre de 1979, cuando la dictadura cívico-militar todavía rugía con fuerza y sus voceros aseguraban que los argentinos éramos derechos y humanos, un irreverente y provocador Charly García se presentaba en el Club Municipal de barrio Alta Córdoba.
Patricia Perea, una joven cordobesa que había cubierto el recital para la revista Expreso Imaginario, criticó con dureza el show de Serú Girán –la mítica banda de García en esa época- en Córdoba: “Un espectáculo decadente”, dominado por un clima “histérico y bufonesco”, había escrito la cronista. Perea no podía imaginarse que se convertiría en Peperina, una figura mítica del rock nacional y que esa “cruz” la acompañaría toda su vida. Murió ayer, a los 56 años. Nota aquí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario