“¡Ay, cantautores!”. Esta exclamación tan genérica y empática, proferida por una rosa en una urna descubierta en el desván en el que se convirtió anoche el escenario del Auditorio Municipal Maestro Padilla, resume a la perfección los veinte años de carrera de Ismael Serrano. El artista madrileño realizó anoche en Almería una nueva celebración de sus dos décadas sobre los escenarios, en una cita perteneciente a la programación de la ‘Primavera Cultural’, puesta en marcha por el Área de Cultura, Educación y Tradiciones del Ayuntamiento de Almería para el presente trimestre.
Una rosa en un desván…con vistas a la luna y las estrellas. Con una ventana sobre la que, según la canción, incendios, lluvias, inmersiones en el mar, vuelos panorámicos y especiales y/o espaciales se sucedían con un halo de magia. El mismo efectismo con el que Serrano, a sabiendas de que su espectáculo no puede ser tan excesivo o sobresaltado como el de una banda de rock, o de indie, que está más de moda, iba sorprendiendo a sus fieles oyentes. Un folio que mantiene su primera canción convertido en pedazos de nieve en las manos; una escalera enorme que sale, cual bolso de Mary Poppins, de una maleta en el suelo; nieve, en mayo, en el escenario… y una rosa que habla. Nota aquí.
Una rosa en un desván…con vistas a la luna y las estrellas. Con una ventana sobre la que, según la canción, incendios, lluvias, inmersiones en el mar, vuelos panorámicos y especiales y/o espaciales se sucedían con un halo de magia. El mismo efectismo con el que Serrano, a sabiendas de que su espectáculo no puede ser tan excesivo o sobresaltado como el de una banda de rock, o de indie, que está más de moda, iba sorprendiendo a sus fieles oyentes. Un folio que mantiene su primera canción convertido en pedazos de nieve en las manos; una escalera enorme que sale, cual bolso de Mary Poppins, de una maleta en el suelo; nieve, en mayo, en el escenario… y una rosa que habla. Nota aquí.
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