Existían al menos tres grandes razones para pensar que la
presentación de Eric Clapton en la tercera jornada del British Summer Time, el
domingo 8 de julio en el Hyde Park, sería realmente especial.
Por un lado, porque se trata de uno de los más grandes guitarristas
de la historia del rock y el blues; por otro, hacerlo en su propia casa -el
músico saludó con un “it’s coming home” (Está viniendo a casa), frase de pila
con que los londinenses muestran su optimismo por recuperar en Rusia 2018
cierta gloria futbolística perdida- agregaba un condimento único; y finalmente,
la posibilidad de que se tratara de uno de sus últimos conciertos no era un
dato menor, más bien todo lo contrario. Leer completo aqui
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