En 1962, nuestro protagonista tenía 17 años y acababa de grabar su primer disco a cambio de 3.000 pesetas (18 euros). La discográfica, en un alarde de elemental imaginación, decidió etiquetarlo como "el Rey del Twist", el ritmo de moda. El gijonés señor Pendás le contrató por 10 días para su sala de fiestas arropado por la orquesta del local. Tras la primera actuación, el encargado de la sala le dijo que no había cumplido lo acordado porque no sabía bailar bien el twist, a lo que el cantante le contestó que ni sabía lo que era el twist. Leer nota
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