jueves, 29 de abril de 2010

Murió "Carlitos el rey del panqueque"

Anoche me enteré que había fallecido "Carlitos el rey del panqueque ", ningún visitante de Villa Gesell podía obviar el paso a su famosa "panquequería" ( no a las imitaciones de sus hermanos que se apropiaron de su nombre ). Sinceramente me produjo una sensación nostalgica y un ruido interior de un personaje único de Buenos Aires. Les adjunto una nota muy interesante que encontre de él con su historia. Ya entro en la galeria de personajes que se recordarán para siempre.
Leer nota e historia

1 comentario:

  1. Carlitos y la Felicidad

    Algunos dicen que es tan efímera que casi no existe. Otros viven en la creencia maníaca de que la vida es “divertirse hasta morir”. Para mí, la Felicidad era/es/será -entre otros momentos y circunstancias - Carlitos y su alegría al trabajar, su generosidad, sus sabores y aromas, su disposición al esfuerzo, su infatigable sonrisa y claro que sí, cómo no, los "números" exquisitos de su menú.

    Estuve con él en la última semana santa. Me prometió uno de esos gorritos colorados que llevaba con orgullo y sin afanes de "marketing". Me dijo que pase a buscarlo por el local de Vicente López. Le di un beso, lo noté frágil, más pequeñito. Pero allí estaba, cortando fiambre, saludando a su gente.

    Casi todos mis cumples los celebré en sus locales Gesellinos, desde el de la 105 y 3 iniciático hasta el de la nueva peatonal, la 106 Gesellina. Con la sencillez de sus manjares, con la alegría de mis hijos, con el regalo incomparable del panquecón cumpleañero. Me dio de comer en todas las vacaciones de mi vida: desde las de la adolescencia gasolera (siempre tenía un menú para los pibes que andábamos sin un mango) hasta los tiempos de esta madurez casi holgada de la que todavía disfruto (aunque ya no será igual). Todos los años el abrazo y una foto con él. Ritual de fidelidad y afecto. Porque siempre me ocupé de que la gente vaya al "Carlitos Verdadero", y no al "Trucho". Él se merecía eso y mucho más.

    Gracias, Carlitos, por tus Panqueques de la Felicidad. Quiero que sepas que llevaré la gorrita colorada (que me dijiste que pase a buscar por Vicente López) de modo simbólico y para siempre, en el alma. Porque representa no sólo a mis Felicidades sino a la cultura anti fast food, a la del trabajo y a la del premio por el sacrificio merecido y disfrutado.

    Que marche un 279 y un licuado de zanahoria y naranja. Y brindemos, no importa que la cerveza esté caliente. Porque siempre estarás en el banquete de mi corazón, y en el repertorio de mis sensaciones más cálidas y exquisitas.


    Graciela Vergel
    Mis condolencias a sus hijos y a todos sus seres queridos.

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