De buen humor y dispuesto a más de un guiño cómplice con el público para celebrar su retorno a Córdoba, Joaquín Sabina condujo con maestría el penúltimo tren que se detuvo durante dos horas en un Orfeo Superdomo repleto de fans que devolvieron con vivas y aplausos la entrega del gallego más tanguero que ha pisado estas tierras.
Una treintena de canciones de todas las épocas coreadas por una audiencia agradecida redondearon un show impecable en el que brillaron no sólo el protagonista indiscutido de la noche, sino también sus músicos Pacho Varona, Jaime Asúa, Pedro Barceló, Antonio García de Diego y Marita, una flaca de voz potente, capaz de hacer de doble de Chabela Vargas o de convertirse en la rubia platino que Sabina necesita para desplegar su talento creativo. Leer nota
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