Ha cumplido los cuarenta, y en su noveno disco ha querido dejar constancia del cambio vital que atraviesa. Ismael Serrano arranca “La llamada” confesando su ignorancia y lo termina animando a plantar cara a la tempestad. Y entre medias, las canciones que buscan ser amables –o amadas– deambulan por su juventud, por los cuentos de la infancia, por el amor que se quiebra, por los tiempos “de furia en primavera”… y encuentra la poesía en una risa de madrugada o en un insecto atrapado en ámbar. Así ha tejido el cantautor un disco en el que ha abrazado la canción popular, el sonido de América Latina, el candombe y la bachata, pero sin renunciar a su identidad. Porque permanece el Ismael Serrano que siempre supo acompañar a guitarra y voz, pero que crece en paralelo a sus canciones.
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