Hay varias circunstancias de la vida de Ismael Serrano que son determinantes a la hora de encarar la creación de las canciones que conforman La llamada, su noveno disco, que salió a la luz a principios de mes y lo trajo de gira promocional a nuestro país: sus reciente paternidad, sus40 años y la realidad social y política que atraviesa España.
"En algún punto es dramática la situación", dice Ismael a Tiempo Argentino, "pero no queda otra que enfrentarlo", reconoce el trovador, voz del barrio obrero de Madrid. Cuando se charla con él –un tipo sereno, afable, directo, como sus canciones– es inevitable que se vea su postura ideológica. Eso tiene que ver con que tiene claro de dónde viene y una fuerte impronta de su raíz proletaria. Tiene que ver con su familia y con su memoria: "Soy consciente de que mis abuelos lucharon siempre por lo mismo que yo creo, mi abuelo paterno era albañil perseguido por ser republicano y mis abuelos maternos trabajaban en el campo y migraron a la periferia de la ciudad soñando con la oportunidad de que sus hijos estudiaran. Mis padres fueron los primeros en su familia en tener estudios universitarios, así que no quiero defraudar esa tradición de lucha." Ismael se crió en Vallecas, un barrio trabajador del sur de Madrid que imprime conciencia de clase, una identidad clara de clase trabajadora. Nota aquí.
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