El mismo día que llegué a Alemania recibí un paquete de Puerto Pirámides. Sí, de la lejana y bien querida Patagonia. Me informaban del éxito tenido con la acción “Poniéndoles nombre a las calles de mi pueblo”. La más democrática de las acciones que se pueda uno imaginar. Toda una actividad comenzada hace tres años por la docente Eugenia Eraso y acompañada desde un principio por otros docentes y las autoridades municipales. Era necesario ya poner nombres a las calles porque la población había crecido. Leer nota
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