Como si se tratara de una premonición, hace años que firma sus e-mails como Andrés Kalamaro, con la K que se convertiría en síntesis de una época. En los últimos tiempos, Calamaro no sólo se destaca por ser un compositor al que la palabra prolífico le queda chica: 105 canciones en El Salmón, que está cumpliendo una década; 109 en la caja recopilatoria Andrés (obras incompletas), que sólo abarca una década (1996-2006). También se convirtió en un escritor serial. Tanto desde su blog como desde su relación de amor y odio con Twitter, el músico relata con emoción los shows que va dando pero también opina sobre la realidad, un terreno al que el ex cantante pop le fue tomando el gusto, paradójicamente o no, al irse del país –vivió en España durante la época de Los Rodríguez– y emprender su primer regreso. Leer nota
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