Sentada en la luminosa terraza del edificio de su sello discográfico, Fabiana Cantilo está almorzando con gusto un pollo con ensalada.Saluda y enseguida comienza a hablar, hiperkinética, arrolladoramente sincera y espontánea. Quiere contar detalles sobre dos asuntos en especial: su inminente show en La Trastienda y la edición de un compilado en América Latina que podría constituir el lanzamiento de su carrera internacional.
Pero entre una frase y otra cambia de tema, con su característico zapping donde las ideas van un paso atrás de las palabras y las respuestas se enciman. La charla entonces crece y se hace más larga de lo previsto, abarcando todo tipo de temas con su desbordante simpatía y honestidad brutal. Leer nota
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