Comenzaron en el peor momento. O, quizás, a nivel empresarial, en el instante preciso. La cadena de clausuras originada a partir de la tragedia de Cromañón había terminado con el sueño de las fiestas universitarias y los eventos por dos pesos comenzaban a caer como fichas de dominó. En los primeros meses de 2005, las noches lucían más apagadas que de costumbre para una generación que había visto morir a 194 pibes. Sin embargo, gracias a la unión de dos visionarios como Eduardo Sempé –un contador que militaba en la Facultad de Ciencias Económicas y estaba a cargo de las fiestas TNT– y Achu Jelin –clown fundador de Fiestas del Vonete– la alegría volvió a encontrar un espacio para amplificarse con la creación de La Fiesta Clandestina, un lugar donde conviven el circo, el baile y los recitales en vivo.
La fiesta es, en sí, un multiespacio en el que músicos tan dispares como Rally Barrionuevo y 2 Minutos o Las Manos de Filippi y Dread Mar I pueden compartir escenario. Leer nota
me encantaría ir, soy de Chile y estoy hospedandome en el Hotel Pulitzer en Buenos Aires.. amo las fiestas clandestinas.. allá se ve mucho de eso y no me quiero perder una de acá! podrían informarme cuando es?
ResponderEliminar