Darío Sztajnszrajber se une a una larga lista de filósofos con apellidos difíciles de pronunciar. Su hermano periodista, Mauro, ya se resignó, y ahora es conocido simplemente como “Mauro Szeta”. Pero él no. Y, aunque la educación era una de las profesiones “imposibles” para Freud, para él quizás no lo sea tanto.
Es que, en alguien que firma con ese apellido, intentar ser didáctico es algo así como un desafío cotidiano: “Se pronuncia shtain-shraiber”, explica ya de antemano en su cuenta de Twitter, donde lo siguen más de 120 mil personas (es filósofo, sí). Y en pocos caracteres más se describe: Soy profesor de filosofía, pincharrata, conductor de “Mentira la verdad” (en Canal Encuentro), autor del libro “¿Para qué sirve la filosofía?” (Planeta, 2013).
El fin de semana pasado visitó Mendoza con su espectáculo de filosofía y música “Desencajados”, y también se cumplieron hace poco seis años de ese 27 de abril de 2011, cuando “Mentira la verdad” salió a la luz con un capítulo titulado ya de forma muy valiente: “La filosofía”, contundente. Ahora confirmó que ya le propusieron una nueva temporada (sería la quinta), pero que todo está muy demorado.
La filosofía es, como alguna vez le sugirió una espectadora de “Desencajados”, una contradicción en sí, un oxímoron curioso, una “angustia dulce”. Buen puntapié para enfilar esta conversación hacia otros territorios...
En principio, ni respuestas ni felicidad. La filosofía que a él le interesa busca generar todo lo contrario: se inclina por un ejercicio que, en lugar de ser complaciente y descansado, “nos recuerde permanentemente que todo puede ser de otra manera y por lo tanto genere mucho vértigo, angustia...” Leer completo aqui
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