La objetividad y “Spinetta”, el del entrecomillado como una constante del sistema cultural argentino del último medio siglo, rezuman oximorón. Si bien existe una forma canónica de valorar su obra, anillos de jerarquía que podrían nombrarse como las piedras preciosas y semipreciosas que tan bien sabía conjugar en sus canciones (diamante, esmeralda, zafiro, rubí, ámbar, topacio, amatista), ninguna aproximación debería ser lineal La reciente reedición vinílica de Fuego gris (1993) anima a un reacomodamiento en la vidriera de la joyería Spinetta. Publicado entonces dentro de una absoluta discreción, espartana en comparación con el ultra difundido predecesor (Pelusón of Milk, 1991), fue el primer álbum del Flaco lanzado directamente en compact disc. Se trataba de la banda de sonido de una película que recién se vería un año más tarde, para colmo del dislate, y que trataba sobre la búsqueda interior de una adolescente que caía accidentalmente en las cloacas de la ciudad. Leer completo aqui
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