"Lo que consigue Cohen, y consigue Proust, es devolver a cada cosa, a cada instante, el brillo que tuvo en el pasado", afirma el también autor Ray Loriga en el prólogo de El juego favorito, obra de 1963, de vuelta al mercado y en castellano gracias a la editorial Lumen junto con su otra novela, Hermosos perdedores.
Considerada la puerta de entrada del posmodernismo literario en Canadá, es este un relato complejo y poco complaciente, en gran parte por su intrincada historia sobre el triángulo pasional que nace entre un matrimonio y un parlamentario de las filas separatistas de Quebec a partir de su fascinación compartida por una india nativa del siglo XVII que, para más inri, acabó santificada.
"Como sé que tienen ustedes un gran sentido del humor, les recomiendo encarecidamente esta novela", señala Loriga, encargado de prologar también esta obra, el último relato que el compositor de Suzanne desarrolló en prosa antes de reinventarse en el cantautor de voz cavernaria que mantuvo la muerte, la culpa, el amor y el sexo como fuentes de inspiración musical. Leer aqui
No hay comentarios:
Publicar un comentario