La habitación en la que Patti Smithdescuelga el teléfono es una habitación de hotel enmoquetada. El lugar es Londres. Es por la mañana, está descansada. Tiene cuatro días, dice, para pasear, leer y emborronar libretas. Hasta tres lleva consigo. En una está escribiendo, dice, una canción “muy larga”, en la otra, algo que podría ser, quizá, una novela, y en la tercera solo toma notas, dibuja. La legendaria punk rocker, la eterna diva del underground,la amante de la poesía de Rimbaud y el espíritu romántico y autodestructivo de la vieja Europa —escuchándola hablar cuesta creer que nació en la fría Chicago, un día de 1946, teniendo como tiene, tan presente, la Segunda Guerra Mundial, y la situación en que quedó el continente a su fin— acaba de publicar nuevo libro, Devoción (Lumen). Nota aquí.
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