A los 88 años, Ray Bradbury sigue tan energéticamente involucrado con sus pasiones como si tuviera un tercio de su edad. El hombre que escribió la novela Fahrenheit 451, donde imagina un futuro totalitario en el que los libros son quemados a rajatabla, está hoy luchando con furia e indignación contra el cierre de una biblioteca pública en el estado de California -la biblioteca H.P. Wright del pueblo de Ventura- por falta de presupuesto. "Las bibliotecas me criaron -dijo el autor de Crónicas marcianas en una entrevista con The New York Times-. No creo en las universidades. Creo en las bibliotecas porque la mayoría de los estudiantes no tienen nada de dinero. Yo me gradué del secundario durante la gran depresión y no teníamos dinero. No pude ir a la universidad, entonces fui a la biblioteca pública tres días a la semana a lo largo de diez años". Leer nota
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