sábado, 25 de julio de 2009
Astrologos por pasión o diversion
A comienzos del siglo XX, el "príncipe de las paradojas", Gilbert Keith Chesterton, advertía en La incredulidad del Padre Brown: "La gente no vacila en tragarse cualquier opinión no comprobada sobre esto, aquello o lo de más allá. Ahora el arraigado escepticismo y racionalismo de la época se echa encima como un mar y lleva el nombre de superstición (...) Así un perro resulta una predicción, un gato un misterio, un cerdo una mascota, un bicho una insignia, resucitando con ello toda la menagerie del politeísmo egipcio y de la antigua India: el perro Anubis, el gran ojiverde Pasht y las sagradas y mugidoras vacas de Bashan; hasta caer en los dioses cuadrúpedos de los primitivos, comprendiendo elefantes, serpientes y cocodrilos; y todo ello por temor a tres palabras: 'Se hizo Hombre'". Leer nota
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