Todavía quedan algunos bodegones en Buenos Aires. Lugares típicos de la gastronomía porteña, nacidos a principios del siglo XX como fondas donde los obreros, venidos con la inmigración, podían comer a precios accesibles. El Obrero es uno de ellos. Ubicado en un rincón oscuro del barrio de La Boca, en Agustín Caffarena 64. Lugar de talleres mecánicos y de poco tránsito, lejos del circuito turistico, al que muchos tacheros se niegan a llevar al pasajero. Ya no es lugar de taitas y malevos, pero sí de cuidados y prevenciones. Nació en 1910 como almacén, su dueño, un polaco, lo vendió a los actuales dueños, la familia Castro que lo atiende personalmente. Cuentan que allá por 1954, año en que ellos se lo compran al polaco, solían comer los obreros que trabajaban en los frigorificos de la zona. Leer nota
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