Morir acuchillada en la ducha frente a la cámara de Alfred Hitchock es todo un honor que a efectos oficiales ostenta la actriz Janet Leigh. Pero la escena más imperecedera y terrorífica de la película Psicosis, que este año celebra su 50º aniversario, tenía truco: las voluptuosas curvas que se ven entre puñalada y puñalada no pertenecían al cuerpo de esa actriz, sino al de una pin-up llamada Marli Renfro a la que en 1988 se dio por muerta víctima precisamente de un asesinato. Pero la realidad, como el cine, tiene muchas dobleces y hay quien disfruta indagando en ellas. Leer nota
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