Se terminó de apagar anoche, a los 74 años, derrumbado por el Parkinson, quizá la siembra ingrata de décadas de faenarse con otros colosos en los rings de la vida, uno de los personajes más significativos del siglo XX problemático y febril. Muhammad Ali (Cassius Marcellus Clay, en sus años primeros) fue un relámpago en los rings. Un rayo que atravesó y a su modo le puso aún más brillo a una época luminosa, creativa, intensa, como fueron los lejanos y dorados años 60. Vistos a la distancia, un nuevo parto de la historia, otra era civilizatoria después del brutal ramalazo de la guerra. Leer nota
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