Oír hablar a “La Viola” es distinto a dejarse llevar por sus tonadas. Pocos conocen esa voz de “erres” arrastradas, como las pronuncia la gente campechana del sur de Chile. Su timbre parece más fuerte, lejos de la melancolía, lejos del rasgueo suave de su guitarra de “Que he sacado con quererte”, canción para todas las palomas ingratas que volaron rápido de su vida.
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