Voz original que surge del pliegue interior de una catástrofe nacional, Hebe Pastor de Bonafini no puede ser fácilmente interpretada con categorías políticas usuales. Desata el verbo sin la continencia habitual del orador público. Su estilo, valor y planteo es la imprecación. Quizás la blasfemia. ¿Se hubiera podido forjar un núcleo de resistencia a la dictadura sin esa sensibilidad unívoca? Trasunta toda su figura un rasgo de autoridad que no surge sólo de una actuación amasada lentamente con el tiempo o de un aprendizaje en las esferas de lo político.
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