¿Cómo se despide un disco? ¿Se va de viaje?”, (se) preguntó Luis Alberto Spinetta al sábado a la noche, y (se) respondió con ironía: “¡Chau, disco!” El Coliseo reía a coro. El Flaco estaba a sus anchas. Hablaba del Discóbolo de Miron y desmentía la gacetilla que anunciaba el concierto como su despedida de
Un mañana (2008). “Yo nunca me voy a despedir un disco mío”, aclaró, como si hiciera falta, después de más de una hora de concierto durante la que había recorrido casi cuatro décadas de su música.
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