Y en su segunda noche porteña, Paul McCartney cambió la hoja de ruta. Esta vez, allí donde había un Rock Show, invitó a las más de 45 mil personas que colmaron River a un Magical Mystery Tour, tan mágico como misterioso. Cómo explicar, sino a través de la magia y el misterio, el poder que tienen las canciones de ese hombre que nació en Liverpool hace 68 años para arrancarle lágrimas en simultáneo a tres o cuatro generaciones. En ese punto, los análisis académicos derrapan.
Leer nota
No hay comentarios:
Publicar un comentario