¿Presentás A las Buenas y a las Malas, una gira que viene de hace un año?
El 21 y 22 de diciembre, cuando cerremos esta gira, estaremos hablando cerca de los 2 años, con algo más de 200 shows.
¿Y cómo se lleva? Porque es mucho...
Toda la parte del traslado, aeropuerto, es un poco cansino. Pero todo lo que tiene que ver con el encuentro con el público, es magia en estado puro. Entonces, compensa una cosa con otra. Decía el maestro Sabina que una vez le dijeron “Hay maestro que bien cantar y que a uno le paguen ¿no?”. Él decía: “No, yo cantar, canto gratis, a mí me pagan por trasladarme”. Y es verdad.
Y este “A las Buenas y a las Malas” ¿es un Rosana en estado puro?
Es un Rosana en estado puro. Absolutamente eso. Es un disco mío que invita al no desaliento, invita a la esperanza, invita a no rendirse. Invita a sonreír y a que los sueños se pueden hacer realidad, siempre que uno no los abandone. Leer nota
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