Fito Páez coronó el domingo una trilogía de recitales a piano y voz en el porteño Auditorio de Belgrano, con una actuación capaz de exhibir el relieve de una obra que hizo un aporte extraordinario a la música argentina y que visitó con una probada noción de la temperatura que es capaz de generar entre sus seguidores.
Aunque el artista rosarino es un feliz visitante de su vasto cancionero y por ello ha celebrado intensamente los aniversarios de dos de sus discos insignia: “Giros” y “El amor después del amor”, desde el formato íntimo consiguió trazar una nueva dimensión expresiva de piezas que, partiendo desde la esfera del rock argentino, han impregnado a la canción toda.
Por eso y colocando la inspiración de su piano al servicio de cada momento del recorrido, el músico, cineasta y escritor entonó sentidamente un repertorio que muestra su estatura autoral y que también permite relecturas donde la intimidad es un condimento para celebrar.
“Está bien que el lugar es paquete y estamos en Pascuas y en Pésaj pero esto no es una misa. Métanle huevo también”, bromeó Fito en su primera alocución de la velada tras un comienzo de alto impacto con “Abre”, “Si es amor” y “Track Track”. Leer aqui
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