El capo del sonido rockero nacional de todos los tiempos vive en la calle Tronador. Ningun otro lugar más adecuado para laboratorio y residencia de Super Mario Breuer, Buenos Aires, 1956, botones y perillas de prácticamente todo lo que haya ocurrido de 1982 a la fecha. Fue responsable venerado y directo de las consolas de Charly García, garante del primer disco de Los Abuelos de la Nada, responsable inscripto del álbum más vendido de Piero y mil etcéteras.
En su libro Rec & Roll (Una vida grabando el rock nacional) cuenta que Gustavo Cerati necesitaba entrar en “clima” antes de grabar y asume que Luca era el único músico que no se metía con su trabajo. Breuer grabó los dos discos de Don Cornelio y adivinó que Ella vendrá sería un clásico. Se consideró “soldado “ del Indio Solari. Pinceló un disco bisagra como La dicha en movimiento de Los Twist, internacionalizó a Los Cadillacs... Cientos de discos llevan su nombre en alguna parte de los créditos. Era Droopy, aparecía por todos lados. Breuer publicó su autobiografía musical, un libro con menos vida que obra, donde él se muestra como testigo privilegiado de una época gloriosa. Leer aqui
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