Con buenas chances de ser designado patrimonio cultural de la humanidad por UNESCO, el tango tiene su historia desperdigada en formatos obsoletos. Sólo el 20% se digitalizó. Una iniciativa privada quiere recuperar ese material. Cuenta la leyenda que un grupo de fervorosos seguidores de Agustín Magaldi cumplía incansable un rito: se reunía con el fin de escuchar un disco de muestra –es decir, una impresión no comercial que se solía entregar al artista para su aprobación– con la voz del ídolo santafesino cantando “Su última noche”. Leer nota
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