Pedro y Pablo vuelven a reunirse para tocar después de casi una década de distancia con respecto a la última resurrección, porque su debut es relanzado con inéditos. Otra vez atardece. Otra vez es el mismo bar de Paraguay y Montevideo, aquél donde unos veinteañeros Cantilo y Durietz venían por café y medialunas, mientras grababan cerca aquella obra en los estudios de la discográfica CBS. Pero ahora la redecoración es tan "menemista" como la de La Paz. Y esta caída de sol hirviente, a fines de mayo, le hace preguntarse a un Durietz maduro: "¿Me podés decir de qué época del año es esta temperatura?". Y ahí nomás esboza un balance ideológico sobre su generación: "Se ha desdibujado todo. Estaba pensando que nuestra generación tenía las cosas más claras, como blancas y negras, la derecha y la izquierda, el invierno y el verano. Ahora todo es más indefinido; no sabés cuál puede ser el enemigo real tuyo, del pueblo. Eso es peor. Por eso la juventud de hoy se refugia en blogs, sale al éter, al ciberespacio, en vez de meterse con la calle". Ver nota.
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