Como ha ocurrido y, parece, seguirá ocurriendo, la polémica no está ausente en Cosquín. Los increíbles horarios de las tres, cuatro o cinco de la mañana para artistas de la talla de Los Olimareños, César Isella y León Gieco provocaron una lluvia de críticas sobre la organización en la propia plaza y en las radios. Un malestar que se acrecentó cuando se supo que el Chaqueño Palavecino comenzaría a cantar poco antes de la salida del sol de mañana.
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