En los tiempos que corren y viviendo en la isla en la que vivimos se agradece que una gran estrella de la música se plante encima de un escenario sólo con su voz, una guitarra, una camisa vaquera con una camiseta de Juego de Tronos por debajo y un juego de luces para ofrecer un concierto. Que ofrezca, en resumen, una actuación íntima y cercana de más de dos horas y que se muestre totalmente alejada de la que nos dan los divos de la música que nos visitan semana tras semana en la temporada estival.
Y es que así fue el concierto que ofreció Ismael Serrano ayerpor la noche en la sede de la UIB, incluido en el Festival Nits de Tanit que organiza el Consell d'Eivissa. Eso y una sucesión de historias y anécdotas divertidas que se fueron intercalando entre muchas de las canciones y que dejaron claro que de no haberse dedicado a la canción el madrileño podría haber sido un magnífico monologuista. Nota aquí.
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