En La Fede repasa la historia de la agrupación juvenil comunista. Dice que tenía una moral férrea y que daba formación doctrinaria y militar. “En mi casa no había cultura comunista, eran askenazis, aunque en mi barrio sí había muchachos de la juventud. Pero un poco el gancho fue la hija de una comunista del barrio, que nos atraíamos. La culpa es de una mujer. Eso fue mi acercamiento simpático, después vienen las lecturas inducidas por mi amigo Bernardo. Y la lectura iniciática fueron los clásicos: el Manifiesto Comunista, las novelas soviéticas”. Así, con cierto candor, Isidoro Gilbert relata cómo ingresó a la mítica organización juvenil que durante más de 70 años bregó por instaurar el comunismo en la Argentina. Autor de El oro de Moscú, ahora arremete con otra historia: La Fede. Leer nota
No hay comentarios:
Publicar un comentario