Puede sonar a tópico pero es la verdad: Rafael Amador es una leyenda viva. A finales de los setenta y principio de los ochenta revolucionó la música española con sus canciones callejeras a medio camino entre el rock, el blues y el flamenco cuando nadie se atrevía (o no sabía) fusionarlos. Primero junto a Kiko Veneno y su hermano Raimundo Amador con el grupo Veneno. Después, con Pata Negra, hizo cinco discos imprescindibles junto a Raimundo (su distanciamiento es una de las grandes incógnitas del rock español). A sus casi 49 años, Rafael Amador, con tres hijos y cuatro nietos, sigue viviendo en el barrio de toda la vida: Las 3.000 Viviendas, de Sevilla. No se sube a un escenario desde hace dos años. Hoy, lo hará (a las 21.30) en el teatro Lara con unos Pata Negra reformados. Sin su hermano Raimundo. "Yo estoy muy bien", asegura por teléfono tras superar algunas adicciones. "Tengo muchas ganas de darme una vueltecita por Madrid". Leer nota
No hay comentarios:
Publicar un comentario