El Gordo mezcló su picardía futbolera con esas mentiras que a todos nos gusta escuchar y las retrató en El penal más largo del mundo, un cuento tan desopilante como costumbrista. Basta que el partido haya ocurrido en la imaginación de Soriano para que sea cierto. La cosa fue que, por peleas en la cancha, a 20 segundos de la pitada final, y cuando había que ejecutar un penal, el encuentro fue suspendido por una semana. En esa semana, en Barda del Medio, nada hubo más importante que si el Gato Díaz iba a ser capaz de atajarle el penal al shoteador Constante Gauna. Leer nota
No hay comentarios:
Publicar un comentario