Pasada la resaca de que fue Bob Dylan quien ganó el Nobel de literatura, amanecieron las rabias diciendo que el hombre nunca ha hecho literatura sino letras de canciones. De todas formas esas rabias tendrán que calmarse porque tarde o temprano se llevaría el premio y porque ya se sabe que guerra avisada no mata soldado.
En 2011, Néstor Luis González destacó en un artículo para Playboy el trabajo del poeta británico Andrew Motion en torno Bob Dylan. A juicio de Motion, las letras de esas canciones debían tener su propia cátedra en las escuelas del Reino Unido.
Luego apareció un libro de Julio Cortázar revelador: “Papeles inesperados”, en el que el argentino equipara a Bob Dylan con Walt Whitman y escribe: “Habrá una revolución en Estados Unidos cuando suene la hora del hombre y acabe la del robot de carne y hueso, cuando la voz de ese país sea la de Bob Dylan y no la de Robert MacNamara”.
Pero a quienes prefieran desacreditar a Cortázar por haber sido comunista y dejarse llevar por las pasiones de las masas hay que mostrarles la opinión de un experto objetivo y absolutamente racional: el célebre crítico Christopher Ricks, quien escribió un ensayo superior a las quinientas páginas elogiando el aporte de Bob Dylan a las letras universales.
Fuente nalgasylibros.com
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