Tras un inicio despachado con un póker de temas de su último disco, «Lo niego todo», destacando sobremanera «Lágrimas de mármol» (una canción en la que se palpa desde el primer acorde la mano de Leiva en la producción), el poeta de la voz quebrada fue desgranando con parsimonia parte del suculento repertorio que le ha alzado a una posición tan hegemónica como merecida en la historia de la música en castellano.
Si ya es emocionante solo pensar que una persona de carne y hueso se sentó un buen día para escribir canciones tan brutales como «Por el bulevar de los sueños rotos», «Y sin embargo», «Ruido», «19 días y 500 noches», «Princesa», «Una canción para la Magdalena», «Noches de boda», «Contigo» o «Pastillas para no soñar», imaginen cómo se dispara esta bella sensación cuando dichas letras pasan en directo y sin filtro alguno por las resonancias quebradas de su garganta. Leer aqui
No hay comentarios:
Publicar un comentario