Sus seguidores lo saben, pues forma parte de la leyenda: Bob Dylan, en las ciudades por las que pasa, suele salir a caminar, generalmente "camuflado" para que no le reconozcan. Pero hace unas semanas el disfraz fue tan lejos –botas para la lluvia, pantalón de chándal, chubasquero cubriéndole la cabeza, barba–, que cuando paseaba por el Long Branch, en Nueva Jersey, un vecino se asustó al ver, bajo una intensa lluvia, a un viejo y desaliñado vagabundo con un comportamiento extravagante y errático. Leer nota
No hay comentarios:
Publicar un comentario