Aun cuando piense que leer la borra del café es un acto más cercano al engaño que al oráculo, aun cuando piense que las formas lánguidas, nocturnas y burbujeantes sobre el fondo del pocillo tienen menos que ver con usted que la cuenta del gas, aun cuando piense que aquellos que se toman el trabajo de leerla están deliberadamente tomándolo por un perejil de cuarta, aun creyendo todo eso, si alguien toma su taza y la somete a un estudio atento, usted sentirá un estremecimiento similar a cuando su médico sostiene sus últimos análisis clínicos. Es decir, algo seguramente se le va a fruncir. Leer nota
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