En noviembre de 1896, menos de un año después de la invención del cinematógrafo, el cine se echaba a rodar por aquí, mucho antes que en cualquier otro país sudamericano. Desde esa fecha hasta comienzos de los ’30 la producción local se prodigó en imágenes documentales, noticieros, entremeses musicales y films de ficción. Todos ellos mudos, claro. Clásico destino argentino, de toda esa producción se preservó... prácticamente nada. De allí que la caja de tres discos que ahora presentan el Incaa, el Museo del Cine y el gobierno de la ciudad tiene el carácter de un acontecimiento extraordinario. Leer nota
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