domingo, 2 de agosto de 2009

Historias del Rock- Una excelente editorial

García se convierte en el ser nacional. Del ‘82 al ‘87 entrega cuatro discos que lo convierten en el número uno indiscutido del rock argentino. Nunca hubo una competencia declarada con otras partes, pero, como las brujas: no existen, pero que las hay, las hay. El representante acabado de aquellos años que duraron hasta el levantamiento carapintado de Semana Santa de 1987 fue Charly García. Entre el feliz descalabro de Sumo y la liberadora voluntad de Virus, García apareció como el tipo que quería dejar de fluctuar entre tanta promesa de revolución que terminaba en planes sistemáticos de aniquilamiento, sueños que terminaban en pesadillas, paz y amor que terminaban en guerra y locura. García profiere que él no quiere volverse tan loco. El país lo sigue. Leer nota

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