La escena tiene lugar en un lujoso hotel de Praga, a principios de este año y a altas horas de la madrugada. Los protagonistas son dos: el escritor y poeta Benjamín Prado y el cantante y también poeta Joaquín Sabina. El primero acaba de conciliar el sueño. El segundo grita en el pasillo: "¡Benja! ¡Benja! ¡Benjaaaaaaaa!". Cuando Benja logra despegarse de las sábanas y abrir la puerta, "ya había varios clientes con la cabeza fuera de sus cuartos y sangre en la mirada, llamándonos hijos de puta en cuatro idiomas", relata Prado en Romper una canción (Aguilar, 2009), el libro en el que narra la gestación de Vinagre y rosas, el disco que Sabina publica la próxima semana. Leer nota
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