Si existe, la mítica parsimonia santiagueña no parece haber sido hecha para Musha Carabajal. Diez minutos antes de la nota, el hombre ya está esperando, listo para las preguntas. Enérgico, se le nota la gimnasia de los últimos días: “No es fácil promocionar un espectáculo de folclore”, resopla, aunque enseguida trata de equilibrar: “Nosotros, por suerte, seguimos teniendo amigos, pero cada vez es más difícil”. Leer nota
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