“Cada vez veo mi futuro más cerca de la literatura”
Su mirada detrás de esos ojos achinados, las arrugas de su rostro, cada gesto. En sigilo, sin altisonancias, su vocación de poner el cuerpo dejó constancias. Esas marcas de la vida atestiguan que Víctor Heredia peleó y sigue peleando mil y una batallas. La del cantor popular perseguido, la del exilio, la de la desaparición de su hermana Cristina y su cuñado, Nicolás. La del dolor recalcitrante, la del entusiasmo por la vuelta de la democracia, también la desilusión por un sistema político que por sí mismo no es capaz de educar, curar, ni alimentar. En relación a sus años de esplendor en los 80, hoy Heredia disfruta de un presente más modesto en cuanto a convocatoria, pero intenso desde su búsqueda y compromiso por encontrar y encontrarse. Leer nota
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