En el lobby del hotel J.W. Marriot, en Quito, hay un trajín inusual. Un grupo de técnicos en sonido e iluminación planifican el montaje de un concierto, de un evento que tiene un cúmulo de afectos detrás. Son las personas que acompañan al cantautor español Joaquín Sabina en su gira 500 noches para una crisis, una muestra de cariño por América Latina que lo ha traído del vuelta al país.
Al mediodía de hoy, Sabina les ofreció una cerveza a los medios con quienes conversó, en la salón Sangay / Cayambe del hotel que lo hospeda. "En los últimos años no he grabado canciones nuevas pero hay un baúl lleno de papeles, de todos los viajes", afirmó el artista, "ahora esperamos descansar un par de meses y, luego, juntarnos, con los músicos (para componer) en cualquier lugar raro, donde podamos ir a los bares bohemios, sin que nos conozca nadie, a escribir nuevas canciones". Leer completo aqui
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